Historical Fiction Tibet

Lord Curzon, the ambitious Viceroy of India, decides to invade Tibet and recruits Simon Fonthill, veteran of so many of 'Queen Victoria's Little Wars', to lead 2,000 men over the ice-bound Himalayan passes to Lhasa. Fonthill sets out on another expedition with his wife, Alice, reporting for the Morning Post, and his old comrade, '352' Jenkins. It is machine guns against muskets as the cruel, brave monks fight on their own terrain among the clouds, opposing the invasion.

In 1904 a force of 2,500 British Imperial troops invaded Tibet. Their mission was to march on the fabled capital of Lhasa and seize its ruler and spiritual head, the Dalai Lama, and compel him to expel foreign provocateurs. All this was but another strategic deployment in the Great Game being played by the major European powers as part of their international one-upmanship and global jousting.

El Tíbet, siglo XIII. El llamado "País de las Nieves", antorcha del budismo en Oriente, se encuentra bajo la autoridad del Imperio mongol, cuyos dominios se extienden por la mayor parte del planeta conocido. En semejante contexto, el fallecimiento del líder de la principal escuela budista del país obliga a sus seguidores a iniciar la búsqueda de su reencarnación: un niño que todavía desconoce la sabiduría que encierra en su interior y el papel que el destino le tiene reservado para el devenir de su pueblo.

El Tíbet, siglo XIII. El llamado «País de las Nieves», antorcha del budismo en Oriente, se encuentra bajo la autoridad del Imperio mongol, cuyos dominios se extienden por la mayor parte del planeta conocido. En semejante contexto, el fallecimiento del líder de la principal escuela budista del país obliga a sus seguidores a iniciar la búsqueda de su reencarnación: un niño que todavía desconoce la sabiduría que encierra en su interior, y el papel que el destino le tiene reservado para el devenir de su pueblo.

Als Bergführer getarnt, hat Shan nur ein Ziel: seinen Sohn zu sehen, der im gefährlichsten Lager Tibets interniert ist. Unterwegs stößt er auf ein verunglücktes Auto: Eine tote Chinesin liegt mit einer Schusswunde hinter dem Steuer, die Beifahrerin stirbt in seinen Armen. Shan wird festgenommen, kommt aber schnell wieder frei. Man hat bereits einen Schuldigen gefunden: Oberst Tan - der Mann, der Shan einst verhaftete und der als Einziger seinen Sohn retten könnte...