Showing results by author "Ralph Barby" in All Categories

Max Gufler es un viajante de comercio de mediana edad y aspecto anodino, que en su infancia sufrió una lesión cerebral y desde entonces vive atormentado por terribles dolores de cabeza. Lleva una vida aparentemente normal, pero en realidad es un violador y asesino en serie, de aficiones fetichistas. Vamos a poder verle violar y asesinar a una joven autoestopista que ha recogido en la carretera; matar a un compañero de trabajo al que envidia por ser más joven y mejor vendedor que él; y violar y asesinar a una viuda que respondió a un anuncio suyo en el periódico.

Dramatizado En la década de los 60, en la ciudad de Boston, todas las mujeres están aterrorizadas y no quieren estar solas bajo ningun concepto en sus casas debido la actividad de un misterioso estrangulador que se las arregla con pasmosa habilidad para introducirse en las casas de las mujeres de cualquier edad, para violarlas y posteriormente asesinarlas con gran crueldad.

Durante toda su vida su cara de niño siempre le ha abierto puertas y corazones. Aún cuando ya se ha convertido en un hombre la gente que no le conoce sigue pensando que no es más que un joven aniñado. Nada más lejos de la verdad. Parece como si la maldad de su corazón fuera inversamente proporcional a su apariencia angelical.

Antes de empezar sus vacaciones el comisario Servant visitaba la escena de un crimen: una joven desnuda de piel suave tumba-da en el suelo había sido asesinada de forma brutal y sádica. Se encargará del caso uno de sus subordinados mientras el corre a su casa para cambiarse y salir de viaje con Gracielle, su mujer y sus hijos. Eran unas vacaciones que le apetecían mucho, pero a medida que van teniendo lugar una serie de extraños sucesos, el comisario empieza a pensar si no habría sido mejor quedarse en París.

¿crees que existe la maldad por naturaleza? A lo mejor cambias de opinion... puede haber algo más frustrante para un policía que la falta de explicación lógica de una serie de muertes. ¿cómo han muerto estas personas?... ¿qué es la venganza? ¿ podría ser la liberación del ser primitivo que todos llevamos dentro obsesionado con destruir a quíen nos ha hecho daño?... escucha, escucha y lo averiguarásEn las 10 horas y 13 minutos de este volumen puedes escuchar los siguientes relatos.

Poder estudiar de noche en una casa de campo solitaria sin que nadie te moleste, ayuda concentrarte pero... si empiezas a tener visitantes inesperados a lo mejor ya no te puedes concentrar tanto... ¿y si te dieran una segunda oportunidad , aunque para ello tuvieras que pasar por un camino lleno de dolor, lo harías?...

Alguien le dijo que, si quería ser una gran pianista, no debía enamorarse de ningún hombre, ser refractaria al amor, y hacer algo tan simple como dibujar una manzana, una manzana grande en la hoja de un bloc y sentarse encima... Hasta que un día sintió su cuerpo invadido por aquel niño perverso que la mordía, la arañaba hasta hacerle orinar sangre. Solo había una manera de conseguir liberarse y acudió a la consulta de aquella psiquiatra.

Sancho no era viejo, simplemente un hombre maduro. Feo, calvo y cuarentón, se veía obligado a acostarse con la madre de sus hijos a la que también llamaba “mamá”, pero también tenía una amante que vivía en su misma escalera. Aquella noche, borracho, se equivocó de piso. Cuando despertó, unos brazos helados y endurecidos le abrazaban sin que pudiera zafarse de ellos.

Alguien le dijo que, si quería ser una gran pianista, no debía enamorarse de ningún hombre, ser refractaria al amor, y hacer algo tan simple como dibujar una manzana, una manzana grande en la hoja de un bloc y sentarse encima... Hasta que un día sintió su cuerpo invadido por aquel niño perverso que la mordía, la arañaba hasta hacerle orinar sangre. Solo había una manera de conseguir liberarse y acudió a la consulta de aquella psiquiatra.

La muchacha inexperta sintió frio en todo el cuerpo excepto en las entrañas, donde parecía albergar un fuego que la abrasaba. Recordó el dolmen y el gran perro negro de ojos muy brillantes que, medio tendido sobre la gran losa pétrea, una mesa para gigantes, parecía sentírse el dueño del mundo.