NO CONFÍE EN SUS RIQUEZAS
Al tener una cuenta bancaria con muchos ceros, los hombres pueden llegar a considerar que con esa riqueza pueden comprar una completa seguridad para ellos y todos sus familiares. Con este pensamiento, contratan guardaespaldas para que les cuiden en todo momento y no ser presa fácil para el resto de los hombres que buscan lastimarlos. Esta manera de pensar tenían los monarcas y gobernantes del mundo antiguo, pues al tener grandes tesoros almacenados en sus palacios se sentían seguros, pues con sus riquezas podían comprar ejércitos para defender sus reinos. Al ver esto en los monarcas y gobernantes de su tiempo, David escribió el siguiente proverbio: “Los ricos piensan que su riqueza es una gran defensa; imaginan que es una muralla alta y segura.” Proverbios 18:11 NTV.
Al imaginar que sus riquezas son una defensa fuerte contra los ataques de sus enemigos, los ricos están lamentablemente equivocados. Ya que el dinero no proporcionará ninguna seguridad, pues las personas que contratan para resguardarlos, pueden ser llevados por la avaricia y traicionarlos en cualquier momento para quedarse con todas las riquezas. Además, existen demasiadas formas de que el rico pueda perder su poder, influencia y privilegios en la sociedad. El gobierno puede dejar de respaldarlo, los ladrones pueden robarle todas sus riquezas, la inflación puede quitar parte de valor de sus riquezas. Por todo esto, el hombre no puede confiar el resguardo de su seguridad en todo lo que haya logrado cosechar en su vida, aunque su cosecha sea de un valor incalculable. Las riquezas pueden desaparecer en un abrir y cerrar de ojos. De la misma manera que sus riquezas, también desaparecerá el resguardo que hayan logrado comprar.
Lo único cierto para tener resguardo y seguridad es Dios. Ya que tiene un poder infinito para cuidar en todo momento a los que acuden a Él en su búsqueda. Bajo la protección y el cuidado de Dios, el hombre puede sentirse seguro, ya que Dios en todo momento velará por él. Por eso cuando el hombre que confía en Él se encuentre en medio del peligro, lo defenderá y le dará la victoria sobre todos los que busquen hacerle mal. Si anhelamos una verdadera seguridad, ya no confiemos en lo que el dinero y las riquezas pueden comprar, en su lugar, pongamos el resguardo de nuestras vidas en las poderosas manos de nuestro amado Padre celestial. Dios no solo cuidará nuestra vida física en este mundo, sino también nuestra vida espiritual, por eso ante cualquier asechanza del maligno y sus colaboradores, Dios estará atento para que sus dardos no nos puedan lastimar. Nuestro Padre eterno, nunca pierde su poder. Siempre es confiable y bajo Su cuidado, siempre estaremos bien resguardados.