Cuando Taylor Swift comenzó a planear la gira Eras, probablemente no esperaba estar en el centro de una batalla antimonopolio que podría decidir el futuro de los conciertos en Estados Unidos. Pero la lucha por las entradas a sus conciertos lleva a Swift, a sus fans y a los senadores a un enfrentamiento con Ticketmaster, la mayor empresa de eventos en vivo en los mercados públicos. Y Hollywood es el siguiente en la lista.

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Para 2019, la batalla de Taylor Swift por recuperar sus masters de grabación de Scooter Braun se ha vuelto pública. Decide luchar implementando un arma muy peligrosa: los Swifties. Y Braun hace todo lo posible para proteger su activo de 300 millones de dólares.

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Para 2014, Taylor Swift ha expandido sus horizontes hacia el pop. Pero a medida que su confianza en sí misma crece, también aumenta su descontento con su discográfica. Así que toma una decisión audaz. Mientras tanto, el mega-manager Scooter Braun ve una oportunidad de negocio en los primeros masters de grabación de Swift. El problema es que Swift tiene serias diferencias con Braun y sus clientes. Y cuando descubra su plan, será una guerra total.

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Cuando Taylor Swift firmó con un sello discográfico de country emergente como adolescente, probablemente no se dio cuenta de que estaba cediendo los derechos de algo que pasaría décadas luchando para recuperar: sus masters de grabación. La lucha de Swift por sus masters, valuados en 300 millones de dólares, es un enfrentamiento que podría redefinir por completo el modelo de negocios de la industria musical. Pero primero, Swift tiene que alcanzar el éxito. Y eso no es nada fácil.

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Ha sido una batalla muy reñida durante décadas, y en los 70 no hay señales de que Ford o Chevrolet vayan a bajar la velocidad. Pero ahora se enfrentan en territorios nuevos, dominados por los autos japoneses. Honda, Toyota y Datsun se apoderan del mercado, y Ford y Chevy parecen... quedarse sin gasolina.

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En los 60, la mayor generación de estadounidenses de todos los tiempos alcanza la edad de conducir. Quieren autos rápidos y potentes, y los quieren ya. La mejor forma de exhibir estos autos es ganando carreras, y en los años 60, Ford y Chevy se enfrentan en cada curva.

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FDR creía que la Segunda Guerra Mundial era una competencia de producción en masa. El que pudiera construir más camiones, tanques, armas y aviones sería el vencedor. ¿Qué potencia podría derrotar a los Estados Unidos de América y a su enorme industria automotriz? Pero para que el arsenal de Roosevelt funcione, los fabricantes de automóviles tendrán que dejar a un lado sus rivalidades y reequiparse.

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En 1896, Henry Ford paseaba por las calles de Detroit probando su "cuadriciclo". Este fue el caprichoso comienzo de una revolución que rediseñó el paisaje de América. Los autos cambiaron la forma de vivir, trabajar, comer, comprar y escuchar música. Y hace más de 100 años, toda la industria estaba formada por un grupo de hombres, cuyos nombres figuran ahora en cada parachoques, que pasaban el rato en el bar de su barrio.

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