• 53 El Aguila, la Rana y la Serpiente Voladora

  • May 31 2023
  • Length: 5 mins
  • Podcast

53 El Aguila, la Rana y la Serpiente Voladora

  • Summary

  • Hace muchos años en una selva amazónica habitaba una serpiente cuyo mayor deseo era volar por encima de las nubes. Miraba a los pájaros del cielo y decía "cómo me gustaría volar como los pájaros del cielo". Un día una rana por encima escuchó a la serpiente decir "quiero volar" y al oírla siguió saltando. Con el paso de los meses ese deseo no abandonó a la serpiente sino que se hizo más fuerte. Estaba decidido a volar. La serpiente un día se subió a un árbol, agarró algunas enredaderas con hojas y se las ató, luego se arrojó del árbol con la esperanza de volar, pero cayó directamente al suelo. Dolido, avergonzado de que no funcionara, mareado y dolorido, se deslizó lejos. Mientras todos los animales del bosque se reían de la serpiente. Mientras la rana miraba lo sucedido, no podía reírse con los otros animales, pero admiraba la persistencia de la serpiente en tratar de lograr su sueño. Y se dijo a sí mismo "Creo que algún día logrará esto o morirá en el intento, pero seguro que no se dará por vencido". Algunos meses después, la serpiente tuvo mucha hambre y salió a buscar comida. Y en el estanque estaba el rana durmiendo en un nenúfar. Antes de que pudiera despertarse, el serpiente se lo tragó entero. Cuando abrió los ojos, todo lo que pudo ver fue la oscuridad de la noche en el vientre de la serpiente. Y gritó "¿dónde estoy?". "En mi vientre" dijo el serpiente. Entonces reconoció que la voz era la del la serpiente. "Hagamos un trato, sé cómo podrías volar, pero necesitas vomitarme". Al escuchar esto, el serpiente vomitó la rana de su boca. Y dijo "tienes un trato, pero me traicionas y vuelves de nuevo en mi vientre." Ahora la rana tenía que pensar rápido y sabiamente porque sabía más que nunca que la Serpiente no era un amigo, que uno podía admirar su persistencia en no renunciar a su meta de volar, sino un enemigo que si la ayudaba a lograr su meta, lo haría. más tarde intentará comérselo a él o a alguien a quien amaba.Entonces la rana le dijo a la serpiente "muerde este pedazo de rama que se cayó del árbol y sígueme". Entonces la serpiente siguió a la rana con el trozo de rama en su boca. La serpiente se deslizó, la rana saltó hasta que llegaron a una gran montaña. Entonces la rana dijo "ahora tenemos que escalar" Así que subieron la inmensa montaña hasta llegar cerca de la cima donde había un nido de águila con huevos listos para salir del cascarón. "Deja la rama y traga los huevos"dijo la rana. La serpiente respondió: "si me trago los huevos, ¿cómo me hará volar?". La rana respondió "son huevos mágicos y te harán volar como un águila". Cuando la serpiente comenzó a tragarse cada huevo, la rana escuchó que el águila se acercaba y se escondió en la rama.
    El Águila vio de lejos a la serpiente tragando sus huevos y agarró a la serpiente con tal velocidad que solo podía compararse con un destello de luz y voló con la serpiente sosteniéndola por sus garras. La serpiente miró hacia abajo y se vio a sí misma volando sobre las nubes y se asombró de que los huevos fueran mágicos y que la hicieran volar. Y como estaba lleno de alegría porque finalmente su sueño se hizo realidad, el águila lo soltó, dejándolo caer muy alto. Y la serpiente cayó directamente al suelo con un gran golpe en el suelo. Muerto a la llegada. Entonces, la moraleja de la historia es que hay momentos en los que nuestros sueños o deseos pueden hacernos más daño que bien. Así que es bueno ser feliz en el estado en el que estás que tener lo que quieres y eso te causa tu perdición.

    Génesis 30:1
    Ahora bien, cuando Raquel vio que no le daba hijos a Jacob, Raquel envidió a su hermana y le dijo a Jacob: “Dame hijos, o si no, me muero”.

    Génesis 35:16-19 RVG 16 Y partieron de Betel, y había aún como media legua de tierra para llegar a Efrata, cuando dio a luz Raquel, y hubo trabajo en su parto. 17 Y aconteció, que como había trabajo en su parto, le dijo la partera: No temas, que también tendrás este hijo. 18 Y aconteció que al salírsele el alma (pues murió), llamó su nombre Benoni; mas su padre lo llamó Benjamín. 19 Así murió Raquel, y fue sepultada en el camino del Efrata, la cual es Belén.
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