MINISTERIO DE LA RECONCILIACIÓN
2 CORINTIOS 5:18 … Dios nos ha dado la tarea de reconciliar a la gente con él. 19 Pues Dios estaba en Cristo reconciliando al mundo consigo mismo, no tomando más en cuenta el pecado de la gente. Y nos dio a nosotros este maravilloso mensaje de reconciliación. 20 Así que somos embajadores de Cristo; Dios hace su llamado por medio de nosotros. Hablamos en nombre de Cristo cuando les rogamos: ¡Vuelvan a Dios!. 21 Pues Dios hizo que Cristo, quien nunca pecó, fuera la ofrenda por nuestro pecado, para que nosotros pudiéramos estar en una relación correcta con Dios por medio de Cristo. NTV.
Las diferencias de pensamientos, así como las ofensas o las promesas no cumplidas, ocasionan que las personas se enemisten. Esta enemistad puede perdurar por mucho tiempo, incluso hasta la muerte, si alguna de las partes afectadas no sede y busca reconciliarse con su prójimo. Cuando el pecado entró a la vida de los hombres, ocasionó la enemistad entre Dios y los hombres. Pero Dios por su amor a la humanidad pecadora, buscó la manera de reconciliar a la humanidad consigomismo, y así rescatarlos de la condenación eterna que les esperaba como consecuencia de sus delitos y pecados. La única manera que Dios encontró para reconciliar a la humanidad con Él, fue por medio de Su amado Hijo Cristo Jesús, quien entregó su vida en la cruz del calvario.
Por la muerte de Jesucristo en la cruz del calvario, Dios anuló en gracia la distancia que el pecado había introducido entre Él y el hombre, para que todas las cosas pudiesen ser, por medio de Cristo, presentadas en conformidad a Él mismo. Toda persona que acepta a Jesucristo como su Señor y Salvador, halla la reconciliación con Dios, y ahora puede presentarse delante de Dios Padre con una vida santificada, irreprochable e irreprensible. Cuando Jesucristo vino a este mundo, Dios Padre estaba en Cristo, reconciliando al mundo a Sí mismo, no tomándoles en cuenta sus transgresiones. Dios, gracias a su inmenso amor provee un camino por el que a los hombres se les puede no tener en cuenta sus transgresiones, pero en tanto que el camino está disponible para todos, es efectivo sólo para aquellos que están en Cristo. Las transgresiones de los inconversos desde luego les son tenidas en cuenta, pero en el momento en que esos hombres confían en Jesucristo como su Señor Salvador, son contados como justos en Él, y les son borrados sus pecados.
Toda persona que ha alcanzado la reconciliación con Dios Padre, ahora tiene el deber de compartir el mensaje de la reconciliación a otros, y así ellos también alcancen la reconciliación con Dios, y se escapen de la condenación eterna. Todo aquel que lleva el mensaje de la reconciliación, es un embajador de Cristo entre los hombres. Un embajador es un ministro de estado, que representa a su propio gobernante en un país extranjero. El creyente como embajador de Cristo, es su portavoz oficial entre los hombres inconversos, y tiene la importante tarea de compartir el evangelio de la cruz, la cual tiene el poder de reconciliarlos con Dios. Cuando el creyente predica el evangelio de la salvación y la vida eterna, es como si Dios mismo estuviera hablando al corazón de los hombres inconversos, rogándoles que abandonen sus pecados, y entreguen sus vidas a Su amado Hijo Cristo Jesús, para que sus pecados sean totalmente perdonados, y puedan vivir eternamente en el reino de los cielos. Para que la humanidad alcance esta reconciliación, Dios hizo que Cristo fuese hecho pecado, aunque Cristo no conoció pecado personalmente, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él
Queridos hermanos. Dios con su infinito amor nos atrae hacia sí mismo y nos reconcilia, borra todos nuestros pecados y nos hace justos delante de Él. Al momento que aceptamos a Jesucristo en nuestro corazón como nuestro Señor y salvador, dejamos de ser enemigos, extraños o extranjeros para Dios Padre. Ahora, podemos estar en su presencia para morar eternamente junto a Él en el reino de los cielos.