CONSOLAR A OTROS
2 CORINTIOS 1:3 Dios es nuestro Padre misericordioso y la fuente de todo consuelo. 4 Él nos consuela en todas nuestras dificultades para que nosotros podamos consolar a otros. Cuando otros pasen por dificultades, podremos ofrecerles el mismo consuelo que Dios nos ha dado a nosotros. 5 Pues, cuanto más sufrimos por Cristo, tanto más Dios nos colmará de su consuelo por medio de Cristo. 6 Aun cuando estamos abrumados por dificultades, ¡es para el consuelo y la salvación de ustedes! Pues, cuando nosotros somos consolados, ciertamente los consolaremos a ustedes. Entonces pueden soportar con paciencia los mismos sufrimientos que nosotros. NTV.
Al estar en medio de tribulaciones y sufrimientos, las personas anhelan que alguien se les acerque para darles palabras de aliento y que les consuele, pero en muchas ocasiones, no todas las personas encuentran a ese alguien que les dé palabras de aliento, y un abrazo cálido que les de consuelo en esos momentos de tanta aflicción. Dar consuelo a los quebrantados por las dificultades de este mundo, es una de las tareas importantes que se está perdiendo en los tiempos actuales, debido a que las personas se han hecho individualistas, indolentes y queme importistas a los sufrimientos y padecimientos de su prójimo. En esto también han caído gran parte de los miembros de las iglesias protestantes. Pues en las iglesias se puede ver que no todos se conduelen cuando uno de sus miembros está padeciendo aflicciones y necesidades.
Dar consuelo a los quebrantados a causa de las adversidades de este mundo, era una de las prácticas primordiales que realizaba la iglesia primitiva. Los miembros de la iglesia primitiva, siempre estaban dispuestos a brindar su pronto socorro y consuelo a los necesitados, ya que reconocían que Dios en su inmenso amor y misericordia, les consoló cuando ellos más lo necesitaban. La humanidad estaba condenada a una eternidad de sufrimiento en el lago de fuego, como consecuencia de sus delitos y pecados, ellos necesitaban ser consolados de esa terrible realidad que les esperaba en un futuro no tan lejano. Este consuelo, vino de parte de Dios, y lo dio, por medio del sacrificio de su amado Hijo Cristo Jesús. El unigénito hijo de Dios, vino a este mundo despojándose de su divinidad para liberar a la humanidad de su condenación eterna. Las Buenas Nuevas de salvación, es el consuelo para todos los que reconocen su estado de condenación, pues en el evangelio, hallan la oportunidad de ser liberados de su condenación, y la oportunidad de vivir eternamente en el reino de los cielos junto al Padre Eterno.
Todos los que han alcanzado el consuelo que da Dios, tienen la responsabilidad de consolar a sus semejantes que se encuentren agobiados a causa de sus delitos y pecados, o que se encuentren agobiados por las adversidades de este mundo. Esta importante responsabilidad de los redimidos por la preciosa sangre de Jesucristo, lo dio a conocer el apóstol Pablo a los creyentes de la iglesia de Corinto. Esta misma responsabilidad, lo tienen los creyentes de la actualidad, ya que ellos también alcanzaron el consuelo en el sacrificio realizado por Jesucristo en el madero. El consuelo del creyente a sus semejantes, no nace en el corazón del creyente, sino que Dios mismo es Quien actúa en el corazón del creyente, derramando su inagotable amor, para que consuele a sus semejantes que están atravesando por el valle de sombra de muerte. Y así, todos los que han alcanzado consuelo, puedan hallar nuevas fuerzas, nuevos ánimos y nuevas esperanzas para soportar con paciencia las adversidades de este mundo.
Queridos hermanos. Todos los creyentes tenemos la responsabilidad de consolar a nuestros semejantes que estén atravesando por enfermedades, necesidades o persecuciones injustas a causa del evangelio. Pues el consuelo que nosotros brindemos a nuestros semejantes, es como si Dios mismo estuviera consolándolos, ya que nosotros solo somos herramientas en las manos de Dios.
Además, debemos recordar que un día, nosotros también fuimos consolados por alguien que Dios utilizó, para darnos la alegría de saber que tenemos la oportunidad de ser liberados de la condenación eterna. O posiblemente para alentarnos a seguir adelante superando todas las adversidades de este mundo. Hermanos. Ya no seamos indolentes ante las aflicciones de nuestros semejantes, si conocemos a alguien que esté atravesando por esta terrible situación, acudamos a él para brindar nuestra ayuda oportuna, y nuestro consuelo en el amor de Dios.